martes, 7 de abril de 2009

Una forma de diplomacia radical: diálogo con Guillermo Gómez-Peña

(Tomado de: La Ventana)


El destacado artista chicano Guillermo Gómez-Peña es uno de los invitados especiales a la X Bienal de la Habana. El performero, quien presentó su obra el domingo 29 de marzo en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, ha reconocido el valor de la Bienal, en la que confluyen artistas de diversas regiones del orbe. De visita en la Casa de las Américas, el creador recorrió la exposición del artista argentino León Ferrari y recordó los gratos momentos vividos en la institución durante su participación en Mayo Teatral 2001. Reconstruimos aquí parte del diálogo que, con Gómez-Peña, sostuvimos directivos y especialistas de los departamentos de Artes Plásticas y Teatro.

Diálogo en el que también estuvieron presentes los jóvenes artistas plásticos paraguayos Javier López y Erika Meza. Ante nuestra solicitud de que nos actualizara sobre los proyectos actuales de La Pocha Nostra, su inserción en el ámbito artístico norteamericano y su participación en la Bienal, Guillermo disertó casi sin interrupciones.


La Pocha Nostra

“La Pocha Nostra es una organización de artistas interdisciplinarios de varios países que tenemos afinidades estéticas y afinidades políticas. Fuera de eso, somos gente de muchas generaciones, de muchas razas y quizás lo único que tenemos en común es que todos hemos vivido procesos de aculturación o transculturación o de hibridización. O sea, somos artistas que hemos crecido entre dos o más culturas, que trabajamos entres dos o más lenguajes, lenguajes verbales, corporales y artísticos.”

Del fin de la administración de Bush y de cómo operó La Pocha Nostra durante ese período

“Fue una era siniestra, una era de cultura pánica, de política pánica, de censura, de ostracismo, de persecución a intelectuales, de cerrazón de fronteras y de demonización del cuerpo moreno (mestizo). Una paranoia, que empieza enfocándose hacia los árabes integristas y que luego se extiende hacia todos los árabes, finalmente opera contra todos los que parecen árabes, incluyendo a los latinoamericanos. Y la frontera entre México y los Estados Unidos se convierte en el segundo frente de la llamada guerra contra el terror, y los emigrantes mayoritariamente mexicanos y centroamericanos son prácticamente indistinguibles de los terroristas integristas ante los ojos de este racismo patriotero instigado por la administración de Bush.

“Fueron años muy difíciles, incluso La Pocha Nostra fue vetada durante tres años: del 2003 al 2005 no pudimos presentar obras en los Estados Unidos, no había curador o institución cultural que colocara una obra del La Pocha Nostra, pues por cualquier crítica abierta a la política exterior del presidente Bush perdías tu trabajo. La autocensura, el temor a perder tu trabajo, se convertía en una forma de la censura. Entonces por tres años nosotros estuvimos expatriados, lo cual fue una condición muy extraña para mí, que de por sí era un expatriado mexicano en California que durante ese tiempo se convirtió en un expatriado chicano en Europa. Estuvimos operando en Europa por tres años y trabajando exclusivamente en Latinoamérica y en Europa.

“En el 2005, con el huracán Katrina, se crea una falla en la conciencia norteamericana. Algunos medios de comunicación, los más valientes, comienzan a criticar la administración de Bush y eso da a los artistas e intelectuales la oportunidad de comenzar a levantar la voz. Fue justamente después de Katrina que empezamos a recibir los primeros telefonazos de curadores norteamericanos. Entonces regresamos.”


Sobre Obama y sobre la cultura en los Estados Unidos

“Por ocho años La Pocha Nostra estuvo haciendo obra en contra de la administración de Bush, contra la censura y contra la guerra. Ahora con Obama se levanta esa nube opresora de ocho años y se levanta un sentimiento de esperanza casi histérico a nivel mundial y empezamos a proyectar todos en un solo hombre todo lo que queremos que suceda. ¿Es posible restaurar la democracia en los Estados Unidos? ¿Es posible restaurar el espejo crítico de la democracia en los Estados Unidos?

“¿Después del daño que la administración de Bush ha hecho a nivel estructura, podrá el presidente Obama restaurar las relaciones perdidas entre Estados Unidos y el resto del mundo, las relaciones con Latinoamérica, que jamás han sido tan precarias? ¿Se podrán saldar las deudas históricas con los indígenas, con los negros, con los chicanos, con los latinos que los llevamos al poder? Hay que tener en cuenta que los grupos sociales que llevaron a Obama al poder fueron primero los negros, luego los latinos, en tercer lugar los estudiantes, los intelectuales y artistas.

“Ahora nos encontramos pues en ese momento que es un momento de perplejidad, de espera y es justo ahora, cuando empezamos a respirar en un Estados Unidos sin Bush, ocurre la caída del sistema financiero que algunos consideran que se trata de una recesión temporal, de la tercera gran recesión norteamericana y otros como lo ven con la caída del Imperio; incluso algunos filósofos y economistas neoliberales, empiezan a hablar del principio de la era postamericana, del fin de siglo americano y el principio de una era en la cual los Estados Unidos ya no serán más una potencia, sino un país más en la comunidad internacional de países, lo cual a todos nos viene muy bien.

“Como artistas, ahora estamos esperando cuál va a ser la plataforma cultural de Obama, todavía no se sabe. Hay una plataforma que Obama esgrimió por internet, pero que los congresistas republicanos están bloqueando, por lo cual no sabemos si realmente los artistas tenemos un amigo en la Casa Blanca, ni si se van a revertir los recortes presupuestales que se han realizado desde Clinton, pues ni siquiera es un problema enteramente republicano, es un problema de la clase política norteamericana que nunca le ha dado al artista un papel central en la sociedad.

“Ahora hay muchísimos grupos de presión, culturales, intelectuales, pidiéndole a Obama que se defina ante los artistas y hasta ahora no hay una respuesta.”

Temas actuales de La Pocha Nostra

“Como les decía, estamos ante una especie de antesala, no sabemos qué va a suceder, y obviamente por eso el contenido de nuestra obra está cambiando. Podría decir que en este momento La Pocha Nostra está muy preocupada por la cultura del crimen en México, por esa cultura generalizada de la violencia que ha tomado al país y que está afectando todo. Este tema, que es el centro de lo que presentamos aquí en la Habana, está muy ligado al tema de la frontera. Mientras más violencia hay en México, más emigración hay y mientras más emigración, más cerrazón de las fronteras por parte de las autoridades norteamericanas y más tensión.”

Modo en que operan hoy los proyectos transfronterizos de La Pocha Nostra

“Muchos de los proyectos de intercambio binacional que habíamos generado en los años 80 y 90 fueron completamente suspendidos con septiembre 11 y es que en esa fecha, luego de los sucesos, Latinoamérica prácticamente desaparece del imaginario norteamericano. Los Estados Unidos se obsesionan con el Medio Oriente y los únicos temas de conversación, las únicas noticias estaban relacionadas con el Medio Oriente, y en medio de esa coyuntura todos los proyectos de intercambio entre chicanos y mexicanos, que eran proyectos que llevaban veinticinco o treinta años: publicaciones, intervenciones itinerantes, proyectos de intercambio binacionales como La Pocha, fueron suspendidos.

“Ahora la guerra contra el crimen organizado ha venido a remplazar la guerra contra el terror, por lo cual la frontera se ha cerrado todavía más y ya se habla de una triple frontera. De seguro han escuchado sobre la construcción del segundo muro, pero hay un tercer muro, el muro tecnológico, en el cual se están probando las tecnologías militares más avanzadas.

“Hago un panorama, digamos a la brava, de los cambios que hemos estado viviendo y que afectan directamente nuestra obra. Si ya los artistas de La Pocha Nostra no pueden viajar con la misma facilidad a través de frontera, si los recortes presupuestales hacia la cultura se están agudizando, si México ya no está mirando a los chicanos porque hay una gran preocupación con el problema de la violencia interna, si los norteamericanos ya nos están mirando a México y cuando lo hacen es con una mirada demonizadora, es claro que el espacio que estamos ocupando nosotros es un espacio muy precario, que tenemos que reinventar.

“En este momento estamos operando de otra manera. En lugar de cruzar la frontera o las fronteras con toda la tropa, lo que hacemos es llegar a un lugar dos o tres miembros de La Pocha, llevamos a cabo un taller de una o dos semanas con artistas locales y generamos la obra a partir del taller. Si tenemos colegas en ese país o en esa ciudad, los integramos durante la duración del proyecto y al final ellos se quedan y nosotros nos vamos. Eso nos ha permitido sortear todos los problemas logísticos y migratorios que se nos han planteado en los Estados Unidos por lo que hoy tenemos minicapítulos de Pochos en Latinoamérica y en Europa.

“Aquí en Cuba eso fue un poco lo que hicimos, aunque no pudimos hacerlo como hubiéramos querido puesto que las actividades de la Bienal son tantas, que hubiéramos tenido que buscar pequeños espacios para generar este taller. No obstante, hicimos una colaboración con Tania Bruguera, muy sui generis porque en realidad no fue exactamente una colaboración sino un acto de coexistencia. Dos artistas que nos queremos muchos y que nos hemos venido encontrando en varias partes del mundo a lo largo de los años, con propuestas distintas, pero que nos admiramos mutuamente decidimos de pronto coexistir con dos performances, dos universos, que acontecen en simultaneidad y donde el público puede transitar de una obra a la otra.

“Este tipo de diálogo constituye un modelo que me interesa mucho; es como una forma de diplomacia radical porque en este mundo en el que a los artistas no nos están permitiendo viajar, en el que es cada día más difícil cruzar fronteras, es muy importante que coexistamos en el mismo espacio dos creadores que venimos de dos lugares muy distintos del mundo.

“Por ello ahora estoy trabajando en una serie de conversaciones performáticas con gentes de muchos países con los cuales es muy difícil una relación directa con México o con los Estados Unidos. Por ejemplo, me interesa mucho poder trabajar con artistas árabes: chicanos y árabes comparando notas sobre la demonización del cuerpo oscuro —the brown body, como dicen los gringos—, el cuerpo indígena, el cuerpo mestizo. Tenemos entonces la propuesta de una serie de proyectos de coexistencia en galerías con dos espacios en los que, por ejemplo, La Pocha esté accionando en un espacio A y un grupo de artistas árabes este accionando en un espacio B y el público está transitando entre un espacio y otro, nosotros planteando nuestra propuesta desde la frontera México-americana, desde California y ellos planteando su propuesta desde su especio transterritorializado, no sé, podría tratarse de argelinos en Francia, paquistanos en Londres, turcos en Alemania.”


Trabajo en comunidades indígenas

“Otro proyecto que me está interesando mucho intenta una conexión muy fuerte con las comunidades indígenas. Este es un proyecto que obviamente heredamos del movimiento chicano, porque hay una vertiente de ese movimiento que trabaja con las comunidades indígenas sobre el problema de la tenencia de la tierra, las acequias en Nuevo México, etc.

“Nosotros hemos retomada esa vertiente y estamos trabajando con muchas comunidades indígenas en los Estados Unidos y en México utilizando el performance como una estrategia conceptual para derretir los cubos de hielo de la identidad que se le han puesto a las comunidades indígenas convirtiéndolas supuestas identidades inamovibles, como si desde siempre existieran fuera de la historia, como si no fueran contemporáneos, atrapadas en un folclor cuasiturístico, bajo una mirada de National Geography. A estas comunidades no se les otorga autoría artística, sino que se piensan siempre sus expresiones como las de artesanos, de modo que con el performance intentamos restaurar la autoría y la contemporaneidad de los artistas indígenas y hemos encontrado una sofisticación conceptual y teórica de una riqueza increíble entre las comunidades indígenas norteamericanas, canadienses y mexicanas.

“Con ellos llevamos proyectos a largo plazo. Tenemos un proyecto de cuatro años ya con jóvenes indígenas que están haciendo performances en Oaxaca, tenemos otros con los indígenas Crow, de Montana y con los Cri de la zona de Saskatchewan, en Canadá. Son básicamente proyectos de performance, video, instalación y arte conceptual.

“La mirada liberal del intelectual norteamericano y también del paternalista intelectual de centro en México ve estos proyectos como una imposición, pues ellos lo que quieren es ayudarles a preservar sus tradiciones y nos dicen que llevar estos lenguajes postmodernos es una forma de contaminación, cuando, en realidad, el arte precolombino estaba más cerca del performance que del teatro occidental. Cuando estamos en estas comunidades el espectador capta inmediatamente los códigos por extraños que parezcan. La movilidad entre pasado, futuro, tecnología, tradición, entre géneros, entre la cultura del rock y las culturas autóctonas, todos estos entrecruzamientos son asumidos por estas comunidades con una naturalidad impresionante.”

El diálogo se movió entonces hacia experiencias de los jóvenes artistas paraguayos, relacionadas también con prácticas artísticas en comunidades indígenas y en zonas de triple frontera. Guillermo narró entonces sus viajes por Finlandia y Noruega, a donde viajó invitado por amigos saami. Con ellos recorrió Kirkenes, una de las ciudades más al norte de Europa y que calificó de alucinógena, en la que dice haber encontrado una especie de Tijuana ártica. Por último antes de partir dejó esta valoración sobre la Bienal.


La Bienal de la Habana

“Me conmueve mucho esta Bienal, porque en ella se genera una especie de internacionalismo no hegemónico, que no parte de los grandes centros de poder, que no pasa ni por Londres, ni por Nueva York, ni por París. Sólo aquí se puede tener conversaciones como esta, junto a artistas paraguayos y encontrar creadores de las más diversas regiones del planeta que no coincidirían nunca en otro evento.”

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